Hoy es el día de la sonrisa.

Hoy es el día de la sonrisa

Y que mejor tema para inaugurar mi blog que esta gran protagonista de nuestros momentos de alegría. Espero que os guste, y estaré encantada de responder a vuestras preguntas y dudas.

La importancia de la sonrisa

La sonrisa, ese gesto que tanto dice de nosotros, de nuestro estado de ánimo. Ese gesto sencillo que nos delata y tiene el poder de transmitir muchas cosas a los que nos rodean. Una sonrisa bonita es sinónimo de salud, bienestar, armonía y, lo que más me gusta, de alegría. Actualmente, en un tiempo en el que todo lo visual es lo primero que nos llega, la sonrisa adquiere más importancia y todos queremos tenerla bonita y agradable. En primer lugar la sonrisa, después la risa y luego… la carcajada. Lo que más nos llama la atención de una cara sonriente son los ojos y la boca, las dos estructuras anatómicas que se mueven, nuestros “portales” al exterior. Éstos tienen la capacidad de transmitir lo que queremos comunicar a los demás, incluyendo nuestras emociones, recordemos como son los emoticonos que usamos constantemente.

La sonrisa es un gesto en el que participan no solo los dientes, sino también los labios y los músculos de la cara que forman la boca y la rodean. Si bien es cierto que unos dientes ordenados y blancos la favorecen, debemos de tener en cuenta que los labios han ser armónicos y los músculos de la cara han actuar de forma adecuada para que el gesto sea natural y agradable. A veces, encontramos unos dientes bonitos deslucidos debido a una forma errónea de mostrarlos, (podríamos hacer un símil con los escotes o con las piernas en las mujeres, que no siempre se lucen de la forma más favorecedora). Enseñar los dientes de abajo, por muy bonitos que sean, no es lo ideal pues alarga las facciones y las endurece.

Algunas personas consideran que “aprender a sonreír” anula la frescura del individuo y su espontaneidad. Nuestra propuesta va encaminada no solo a que el cuadro sea bonito, sino a que el marco que lo rodea también lo sea y lo realce más. Nosotros valoramos la sonrisa como un todo. Hay muchos tratamientos estéticos para mejorar los dientes, desde los blanqueamientos más sencillos, hasta los casos de ortodoncias más complicados en los que hay que recolocar los dientes, o los casos de restauraciones estéticas con carillas o coronas e incluso con implantes. Es importante que el resultado del tratamiento respete siempre la forma de los dientes y la fisionomía de cada paciente, restaurando la función y la estética. Por ejemplo, un hombre corpulento tendrá dientes grandes con bordes rectos aunque venga con ellos desgastados, los bordes redondeados son más propios de las mujeres, etc.

Hoy, el bruxismo (apretar los dientes), es una alteración que nos afecta a casi todos. Se trata de una forma común de liberar estrés que ocasiona el ensanchamiento de la cara debido al desarrollo de los músculos masticadores y da lugar al desgaste de los dientes, uno de los signos más llamativos de envejecimiento. Otras causas de asimetrías en los músculos de la cara que se producen al sonreír son las que nosotros mismos provocamos cuando queremos ocultar algo que no nos gusta, por ejemplo, un diente más oscuro o el hueco negro que se ve cuando falta una pieza.

Tapar lo que no nos gusta sin reparar en que lo hacemos inconscientemente usando musculatura que no debería estar trabajando en ese momento, el acto de agachar la cabeza o, directamente, no sonreír, son conductas que aparecen de forma automática en estos casos. Cuando esto ocurre, lo que transmitimos al exterior no es precisamente lo más positivo: miedo, timidez, falta de seguridad o de confianza, entre otras cosas. Igual que una sonrisa transmite unas impresiones agradables, la ausencia de la misma evoca percepciones más frías o menos estimulantes.

Siempre es importante escuchar al paciente, pero cuando diseñamos la sonrisa es fundamental, pues él toma parte activa en el proceso. Necesitamos conocer qué es lo que no le gusta de su sonrisa y qué expectativas tiene. Debemos transmitirle con confianza lo que podemos conseguir y ha involucrarse de forma directa en el resultado del tratamiento. Tendrá que realizar unos ejercicios en casa de mímica facial que le ayudarán, no solo a tomar conciencia de esos gestos que realiza de modo automático, sino a corregirlos adecuadamente. Este es el camino para que el resultado sea el esperado.

Y cuando llega, el paciente toma conciencia del potencial de su nueva sonrisa y cómo dicho cambio afecta de forma positiva a su actitud y a su entorno, tanto personal como profesional. Es realmente emocionante. Y eso es lo que me encanta de mi trabajo: la posibilidad maravillosa de poder ayudar a mis pacientes a mejorar su salud y alegrar su vida.